Atonía uterina: qué es, síntomas y tratamiento
¿Sabías que, durante el embarazo, el útero sufre un crecimiento considerable? Normalmente mide 6 centímetros y pesa 60 gramos y para cuando llega el momento del parto ha sobrepasado los 30 cm y ha alcanzado un kilo de peso.
Sin embargo, no permanece así para siempre, sino que mediante un proceso llamado involución uterina -una de las modificaciones que se producen durante el puerperio-, el útero regresa a su estado normal tras el expulsivo, que es la última de las etapas del parto, en la que se expulsa la placenta. Este proceso permite también que los vasos sanguíneos que estaban interpuestos en la placenta se cierren.
La atonía uterina es un problema que pueden experimentar algunas mujeres tras el parto y que tiene que ver con este proceso de involución uterina.
Si quieres saber qué es la atonía uterina y cómo puede tratarse, quédate con nosotras y sigue leyendo.
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¿Qué ocasiona la atonía uterina?
Se define como atonía uterina a una afección en la que los músculos del útero han perdido tono. Esta pérdida tiene como resultado que después del parto el útero tarde en contraerse o no lo haga en absoluto.
Al no tener lugar el proceso de involución uterina, los vasos sanguíneos que iban unidos a la placenta no se cierran y esto produce hemorragias que pueden ser leves o severas y, en los peores casos, causar la muerte de la madre.
La atonía uterina es la causa principal de hemorragia severa tras el parto y tiene lugar en aproximadamente un 5% de los partos naturales.
¿Cuáles son las causas de atonía uterina?
Hay una serie de motivos por los que el útero puede perder tono y causas de la atonía uterina.
- Trabajo de parto muy largo: Si el parto se alarga demasiado o se produce distocia (un alumbramiento difícil o anormal) los músculos uterinos pueden sentir cansancio por lo que podría producirse esa pérdida de tono.
- Embarazo múltiple: Un embarazo múltiple puede producir lo que se conoce como sobredistensión uterina. Esto significa que el útero ha crecido demasiado debido a la necesidad de alojar más de un bebé.
- Problemas en la expulsión de la placenta: Si el expulsivo no se produce de forma adecuada y un resto de placenta queda retenido en el interior del útero, puede dar como resultado la atonía uterina. También puede suceder en caso de infección.
- Cesáreas previas: La atonía uterina puede ser una de las consecuencias de la cesárea si se ha tenido que recurrir en embarazos pasados a esta intervención, es posible que el útero pierda tono y no responda de la forma adecuada tras el expulsivo.
- Uso de anestésicos generales: Durante el parto no se deberían utilizar anestésicos general, solo la epidural. La utilización de estos medicamentos o de sulfato de magnesio, puede desencadenar la atonía uterina.
- Multiparidad: Haber llevado a término múltiples embarazos puede debilitar el suelo pélvico y los músculos uterinos, haciendo que la atonía uterina sea más probable en los últimos embarazos incluso si no se han tenido problemas en los embarazos previos.
¿Cómo saber si hay atonía uterina?
El síntoma más claro de atonía uterina es la hemorragia vaginal tras el expulsivo. La gravedad de la hemorragia puede variar, pero suele ser siempre de aparición brusca.
Se producen hematomas en los labios mayores y también aparecen grandes coágulos de sangre en el interior del útero.
La única forma de saber si hay atonía uterina es con una exploración física tras el parto. El ginecólogo o ginecóloga palpa el abdomen y realiza un masaje sobre el útero y observa la expulsión de sangre.
Además, se realiza una exploración interna de todo el canal de parto, por si se hubiesen producido desgarros.
¿Qué hacer en caso de atonía uterina?
Si se produce atonía uterina tras el parto, es crucial actuar inmediatamente para evitar la pérdida de sangre excesiva.
El tratamiento es escalonado, adaptado al nivel de seriedad de la hemorragia, empezando por la reposición de líquidos y suero fisiológico mediante vía intravenosa y terminando por una extirpación del útero o histerectomía, en el caso de que el resto opciones fallen.
¿Se puede prevenir la atonía uterina?
Aunque la atonía uterina no se puede prever por completo, hay algunas recomendaciones que se pueden seguir para reducir las posibilidades de sufrirla.
- Analítica previa al parto: Para determinar la posibilidad de que exista anemia en el embarazo.
- Ayuda activa durante el alumbramiento y expulsivo: Que el ginecólogo y el resto de los profesionales que asisten en el proceso tengan un papel activo a la hora del expulsivo parece muy eficaz en evitar que queden restos de placenta en el útero y por lo tanto en un disminuir un factor de riesgo de atonía uterina.
- Administración de oxitocina: Esta es una hormona que se produce de forma natural durante el parto y que se puede emplear para aumentar las contracciones uterinas y así desencadenar el proceso de involución uterina.
- Masaje uterino: Por supuesto, por parte de los profesionales médicos presentes durante el parto.
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La atonía uterina no es muy común. Si tu embarazo se está desarrollando de forma adecuada y has seguido todas las recomendaciones, las probabilidades de sufrirlo son muy bajas. No obstante, si crees que puedes estar en grupo de riesgo, no olvides comentárselo al ginecólogo para que puedan estar atentos a cualquier señal y actuar rápidamente.
Fuentes:
Atonía Uterina – Clínica Pueyrredon
Riesgos inmediatos del postparto: la atonía uterina – Bebés y Más