¡El bebé ha nacido! Hablemos de las visitas al hospital
Por Mamis y Bebés
Recientemente una amiga mía dio a luz. La conozco desde que ella era una niña y lo cierto es que para mí sigue siéndolo, así que es un poco raro que sea mamá. Imagino que es algo similar a lo que pasa con los hijos, da igual que estén llenos de pelo por todos sitios o tengan más talla de sujetador que tú, que los sigues viendo pequeños.
Así que cuando me enteré de que la pequeña Ana estaba aquí quise ir a conocerla y a darle un beso a su madre. Yo creo que cuando quieres a alguien mucho es lo que te sale instintivo: quiero ir y quiero ir ya. El problema es que posiblemente otros veinte antes que tú hayan tenido la misma idea.
Mi recomendación en estos casos es: pregunta. Porque además lo que vale para unos no sirve para otros. Hay gente a la que le horrorizan las visitas en el hospital porque viven los primeros momentos de su bebé como algo muy íntimo, en los que todo el mundo molesta y hay que respetarlo. En cambio estamos las que damos a luz en un pispás y estamos como una rosa a la media hora. Yo de hecho prefería que viniera la gente al hospital mejor que a casa.
Mi teoría es que en la clínica vienen, están un rato y se van, y no tienes que hacer además de perfecta anfitriona. Siempre me han dado urticaria las visitas en casa, tal vez porque de pequeña me tocó ir muchas veces a ver a unas tías particularmente odiosas en el pueblo de mis padres así que salvo de gente muy cercana las evito como a la peste.
Hay quien ha tenido un parto horrible, quien no ha dormido nada; quien quiere intimidad y quien prefiere que venga la gente y así se aburre menos en el hospital. Preguntando se va a Roma y a la clínica también.
Mi amiga me dijo que estaba fenomenal y que podía subir a verla sin ningún problema, así que eso hice. Y lo hice sin consultar los horarios de visita, porque así soy yo: un desastre. Así que descubrí dolorosamente que hasta las 12 no se puede entrar en las habitaciones… y eran las 10:30. Para que no os pase como a mí mejor consultad los horarios antes ¡Menos mal que Twitter estaba animadísimo y así no se me hizo tan largo!
Realmente yo le había hecho ya un par de regalos antes, así que no era necesario que fuese con algo en las manos. Pero yo estoy chapada a la antigua y me apetecía llevarle “algo”. ¿Y qué regalas a alguien que acaba de dar a luz?
En mi caso todo el planeta se conjuró para ponerse de acuerdo. Mi madre me había dicho “no compres mucha cosa de primera puesta porque te regalarán”. ¡JA! Ahí tenía a mi hija con dos cosas porque supuestamente me iba a llenar de ropa… y todo el mundo me regaló peluches. El amigo Murphy, que estaba haciendo horas extras en mi parto.
A mí me encanta hacer regalos y me divierte pensar qué puede gustarle a la persona agasajada. Algunas veces apetece ser creativa y otras no. Para las segundas, creedme, un paquete de pañales bien grande es un regalo que va a ser bienvenido casi seguro. No seréis los más originales, pero los padres os lo van a agradecer.
Dentro de los regalos al bebé, me encanta la sección de cesta bebé de Suavinex porque abarca un buen rango de precios (porque hay veces que sólo quieres tener un detalle) y me gustan especialmente las que incluyen cosmética para el bebé. Jabones, colonias, cremas, … ese tipo de cosas siempre las acabas gastando y son un regalo monísimo además de muy práctico.
También es buena idea desmarcarnos y regalar a la mamá, sobre todo a partir del segundo parto. El bebé tiene de todo y se suelen acordar más de él que de la esforzada madre. Podemos regalarle desde un simple bocadillo de jamón (si no había pasado la toxoplasmosis lo agradecerá) hasta una caja de productos gourmet o una cesta de frutas que siempre son bien recibidos.
Y os preguntaréis, ¿qué le llevé yo? Pues un libro para que empiece la maternidad con humor. Yo le regalé Cosas que nadie te contó antes de tener hijos de Cecilia Jan, pero hubiesen sido buena idea igualmente los libros Blog de Madre de Eva Quevedo o Mi vida con hijos de Isabel García-Zarza.
Creo que le encantó. A mí me encantó su hija y salí del hospital diciendo ¡¡¡Quiero otro hijo y lo quiero YA!!! ¡Qué malas son estas visitas cuando tienes el instinto maternal tan a flor de piel!
Publicado el 26 Jun, 2014