Yo concilio, ella concilia. Conciliación ¿en serio?

Por Historias de Papá Lobo

La conciliación, esa gran desconocida. A día de hoy en casa la conciliación tiene el mismo estatus de los Atlantes, habitantes del Olimpo, pegasos, medusas, dragones y enanos de las minas Tirith. Es decir, un ser mitológico habitante en un etéreo mundo alejado del común de los mortales.

Como ente mitológico es, per sé, caprichoso. Y lo mismo baja disfrazada de lozana joven de piel rosada a rejuvenecer tu existencia, como a los tres meses se cansa de compartir suelo con comunes mortales; despareciendo para dejarte en ese mar sin viento por el que navegamos la mayoría de nosotros.

Y reconozco que tengo suerte con mi trabajo. Le he debido de caer en gracia a la diosa; pues lleva ya bastante tiempo acampada en mi jardín, -ahí con sus cantos de sirena-.  Aunque no se crean que su compañía me sale a devolver. Pues para mi desgracia se lleva a matar con Morfeo y es aparecer Baco en la fiesta y salir ella por la ventana. Qué le vamos a hacer, las Musas del Olimpo son así. Pero esta tensa relación me permite pasarme las tardes con mis hijos. Eso sí, después de medirme en carrera de fondo con Mercurio y quien sea ocupe el puesto de Dios de los atascos; para que me permitan llegar a tiempo de recoger a los infantes.

Por desgracia no todos los miembros en casa pueden decir lo mismo. Y no sé si serán los celos hacia la rubia que nos soporta, o parte del juego en el que nos han metido a los que no tenemos la suerte de tener contabilidad B; o cuentas en las Caimán.

Como la mayoría de autónomos de este país, y apliquemos la definición española de autónomo y no la alemana. Que no es otra que personaje a disposición del cliente o vamos a llamarle “ser” que no entiende por qué no pueden solucionarle lo suyo antes de que empiece el partido y demás zarandajas. Es decir, lo que viene siendo un 24x7x365; o la nueva versión 2.0 de las plantaciones de algodón del siglo XVIII. Como decía, con semejante horario ya pueden ver ustedes que es difícil ir a buscar a los niños al colegio, planificar un fin de semana, revisiones, tutorías, etc.

Pero aún así sigue peleando por llegar a casa a una hora “razonable”. Por pasar tiempo con ellos. Por no perderse las cosas importantes. Y así cada día en muchos hogares habrá una madre o un padre que se prepare para un día más ganarle la batalla a ese mundo que sigue sin verlos.

Dicen que hay que dar “gracias” por tener lo que tenemos; supongo que fue acuñada por el mismo lumbreras que dijo eso de que “el trabajo dignifica”.

Debe ser que esos que se hacen llamar empresarios junto a sus palmeros, también llamados políticos, deben de pensar que ya está bien de escaquearse del trabajo antes de tiempo; y la poca vergüenza que tenemos al perder dos horas para llevar a nuestros hijos al médico. Es que nosotros no entendemos que su Excel no termina de cuadrar nuestros horarios…bla, bla,bla.

La natalidad en el conjunto de países “desarrollados” (otro término para lumbreras) sigue descendiendo, año tras año…supongo que cada vez nos acercamos más a la empresa perfecta. La que sus empleados son máquinas… Supongo que habrá que enseñar a las máquinas a comprar para que vuelva a aumentar la demanda, ¿no?