Calambres y dolor en la ingle en el embarazo

Desde el inicio del embarazo los numerosos cambios que se producen en nuestro cuerpo pueden ocasionar molestias o incluso dolor en diversas partes de la anatomía, incluida la zona púbica y de la ingle. Por supuesto, el dolor en la ingle en el embarazo puede presentarse de diferentes formas y por diversas causas para cada persona. De la misma forma que sucede con el resto del embarazo, cada mujer lo vivirá de una manera diferente y podrá tener calambre en las ingles en el embarazo de diversa intensidad.

Si quieres saber más sobre las razones por las que puedes sentir dolor en la ingle en el embarazo y qué puedes hacer para aliviarlo, no dejes de leer.

Contenidos

1 ¿Cuándo puede aparecer el dolor de ingle en el embarazo?
2 Causas habituales de dolor en la ingle en el embarazo
3 ¿Hay algún tratamiento para el dolor de ingle o medida preventiva?
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¿Cuándo puede aparecer el dolor de ingle en el embarazo?

Todo dependerá del embarazo de cada persona, pero se pueden sufrir dolores en la zona de la ingle o la zona pélvica desde el principio del embarazo hasta el final.

Lo más habitual es que el calambre en la ingle en el embarazo aparezca en algún momento de las primeras semanas, en el primer trimestre de embarazo, pero también hay casos en los que puede notarse este dolor de ingle al final del embarazo.

Causas habituales de dolor en la ingle en el embarazo

Aunque cada embarazo es un mundo, podemos hablar sobre algunas de las causas más comunes, del dolor de ingle en las primeras semanas y también en el segundo y tercer trimestre de embarazo.

Este tipo de dolores están relacionados sobre todo con los cambios hormonales, los cambios anatómicos y los cambios posturales que se producen a lo largo de una gestación. Estos factores hacen que el dolor de ingle en el segundo trimestre de embarazo y en el tercero, sean mucho más duros, puesto que al dolor se le añade la incomodidad de un embarazo avanzado.

Algunos de los cambios que pueden provocar el dolor de ingle en el embarazo son:

Cambios físicos. A medida que los meses pasan las paredes abdominales se irán distendiendo para albergar al feto. Esto puede conllevar una mayor tensión de los tendones y el resto de los músculos de la zona púbica. El aumento de peso, tanto de la madre como del bebé, también suponen una alteración física que pone más presión sobre esta zona.
Cambios posturales. Con el aumento de volumen se van produciendo adaptaciones de la postura, no siempre correctas, que pueden traer consecuencias negativas. Así, es habitual el dolor en la zona pélvica, en la ingle o incluso en el glúteo con irradiación a la pierna. Este tipo de dolores suele producirse cuando la embarazada está mucho tiempo en la misma postura o incluso al cambiar de postura durante la noche, lo que puede llegar a provocar insomnio en el embarazo. Algunas embarazadas pueden sufrir este tipo de dolores por estar demasiado tiempo de pie o andando.
Cambios hormonales. Durante el embarazo la presencia de la hormona relaxina se incrementa de modo notable para favorecer la distensión de articulaciones y ligamentos. Pero esta laxitud puede ser molesta o dolorosa. De hecho, si la laxitud es muy grande en la zona pélvica puede llegar a provocar (en algunos casos) una disfunción de la sínfisis púbica. Si el dolor persiste o aumenta lo mejor siempre es consultar con tu médico o matrona. Este tipo de cambios hormonales suelen reducirse tras el parto de forma gradual. Las hormonas tras el parto, pueden durar hasta 6 meses como mucho.

Cualquiera de estos cambios relacionados con el embarazo, pueden aparecer en cualquier momento y prolongarse hasta varios meses después de que hayas dado a luz. Siempre que tengas alguna duda sobre los dolores que estés sufriendo o si el dolor aumenta de forma considerable, es recomendable acudir al médico o a la ginecóloga para recibir la revisión y el tratamiento adecuados.

¿Hay algún tratamiento para el dolor de ingle o medida preventiva?

En el caso de sufrir dolor en la ingle en el embarazo en el tercer trimestre por causas hormonales o cambios físicos no hay un tratamiento específico que llevar a cabo. Pero lo que puedes intentar es reducir el dolor o las molestias mediante determinadas medidas o acciones. Entre esas medidas se destacan las siguientes:

Hacer ejercicio de modo habitual siempre que tu médico no te indique lo contrario. Puedes desde hacer caminatas cortas, realizar yoga en el embarazo o ejercicios de relajación para reducir el estrés, o probar los beneficios de los ejercicios en el agua durante el embarazo.
Reeducación postural. Procura, cuando estés sentada apoyar correctamente la espalda, así como evitar posiciones inadecuadas que pueden provocar dolores musculares o tensiones de los tendones.
Evita cargar peso o realizar movimientos bruscos, es mejor ir más despacio y más segura.

Evita permanecer mucho tiempo en la misma posición.
Practica ejercicios de Kegel para fortalecer la zona pélvica. Sin duda, son uno de los mejores consejos para cuidar tu suelo pélvico.
Mantener una buena alimentación durante el embarazo para evitar el sobrepeso y reducir los problemas con la estabilidad o el equilibrio de la zona pélvica.

Y no olvides consultar con un fisioterapeuta especializado quien seguro podrá ofrecerte un amplio abanico de técnicas que te ayudarán a sentirte mucho mejor y reducir el dolor del calambre en las ingles del embarazo. También realizar masajes con productos de cosmética para mamás te puede ayudar a reducir el dolor, en nuestra Canastilla del embarazo encontrarás productos como el aceite de masaje perineal o la crema antiestrías. También tienes una Canastilla de recuperación post parto que te puede venir genial cuando ya hayas pasado todas las etapas del parto y hayas dado a luz a tu bebé.