La maternidad hoy en día no está valorada
Supongo que todas hemos tenido alguna vez (o más de una) algún pensamiento acerca de lo complicado que es ser mujer. Yo los tenía a menudo durante los años que pasé debatiéndome entre seguir el camino que todos esperaban de mí o atender la llamada de mi instinto maternal. Me parecía que los inconvenientes podían contarse por decenas, no me había dado cuenta de que precisamente aquello que tanto deseaba, la maternidad, iba a recolocarme en el mundo y que sólo por eso, ser mujer era algo maravilloso.
La maternidad no está valorada
La maternidad hoy en día no está valorada. No lo ha estado nunca y no vamos por el camino de que se le otorgue la importancia que tiene. Vivimos en la eterna carrera de la rata (Padre Rico, Padre Pobre, Robert T. Koyosaki), lo que ha provocado el descenso del índice de natalidad de las últimas décadas y que las embarazadas de más de 35 años sean mayoría, dos noticias bastante regulares pero no las únicas. Quizá lo peor de todo sea la presión que sufre quien decide romper el ciclo y quedarse embarazada. Desde la mala cara del empresario, los padres temerosos de la pérdida del empleo de su hija, la merma en la economía doméstica, una organización horaria inflexible, el concebido para la causa concepto de “tiempo de calidad”, la nula ayuda a la lactancia materna… todo parece un complot urdido para hacer que la mujer no alcance el estatus de madre y, de conseguirlo, sea con muchos lastres, casi con culpabilidad, sin conseguir ya nunca más hacerlo bien en nada y con la sensación constante de estar rehuyendo lo que su corazón le dicta.
Pues a pesar de todas las dificultades, las mujeres seguimos dando saltos mortales, a veces dobles y triples, para conseguir ser madres, ¡podemos con todo! Y recuerda que si necesitas un regalo para bebé, en Suavinex tenemos nuestra sección de canastilla bebé llena de regalos perfectos para el tu pequeño.
Convertirse en madre
Me he sentido bendecida por la naturaleza por haber concebido y gestado a mi bebé, fruto de mi marido y mío. Cuando vi la primera ecografía, esa gambita con su corazón palpitante, ser mujer me pareció lo más hermoso del mundo. Apenas puedo describir el momento en que vi a mi hijo por primera vez y lo tuve en mis brazos. Ese bebito pequeño, calentito, ¡mi hijo! ¡Es tan grande convertirse en madre!
Si yo tuviera ahora que aconsejar a una mujer que va a ser madre, le diría:
Olvídate de los que sólo te valoran por el tanto tienes, tanto vales. Tú, como mujer, como creadora de vida, tienes la oportunidad de valorar el milagro de la vida como una experiencia trascendente o como una experiencia meramente comercial, entre baby showers y listas de nacimiento. Déjate guiar por tu instinto: las mujeres seguimos siendo poderosas, sólo tenemos que tener valor para conectar con nosotras mismas. No creas que los demás van a saber mejor que tú lo que debes hacer, confía en tu sabiduría como madre, por algo la humanidad ha llegado hasta aquí. Vive la experiencia intensamente, nunca más vas a tener una oportunidad de crecer tanto como en ese momento vital. Y, sobre todo, no te olvides nunca, de que las madres somos amor.
Publicado el 22 Mar, 2011