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Cómo el mindfulness puede ayudarte a mejorar tu vida

Vivimos inmersos en horarios, rutinas poco flexibles y en tareas que nos obligan a hacer verdaderos malabarismos para conseguir llegar a todo (o a casi todo). Términos como ansiedad o estrés forman ya parte de nuestro vocabulario habitual. ¿Qué nos pasa? Presión laboral, presión social, presión familiar, ¡las tres “p”! ¿Cómo podemos sobrevivir a todo esto? ¿Cómo conseguimos esquivar esa ansiedad que nos amenaza continuamente?

Seguro que has oído hablar del Mindfulness, en español atención plena, se trata de una técnica muy sencilla que aúna los beneficios de la meditación y la relajación. Todos podemos llevarla a cabo y su práctica tiene múltiples beneficios que se notan desde el inicio. Tanto es así que muchos colegios lo están enseñando a los niños para ayudarles a superar sus duras rutinas diarias.

El mindfulness no es una técnica nueva, debemos remontarnos a Buda para conocer sus orígenes. Desde entonces se ha ido transmitiendo esta sabiduría hasta llegar a nuestros días.

¿Qué pretende conseguir el mindfulness y cómo ponerlo en práctica?

  • Para encontrar sosiego el cuerpo y la mente deben estar en el mismo sitio.
  • Debemos evitar que la mente viaje al pasado o al futuro y conseguir que se centre en el presente para su alineación con el cuerpo.
  • No dejes pasar el precioso tiempo que nos brinda el presente.
  • Debemos vivir el presente sin juzgar y aceptando lo que sucede. La aceptación de lo que sucede a nuestro alrededor te brindará una paz interior que en ocasiones no tenemos, fruto de vivir anclados en el pasado o en el futuro.
  • Estableciendo un triángulo de conciencia conseguiremos un primer momento mindfulness: sensaciones físicas– emociones – pensamiento. Pararnos y reconocer lo que estamos sintiendo en nuestro cuerpo, las emociones de nuestro corazón y los pensamientos de nuestra mente, nos permitirá ese momento de atención plena. Si lo has conseguido, ¡bienvenido al mindfullness!
  • Invierte dos momentos de pocos minutos al día para ser consciente y prestar atención a tu respiración. No te llevará mucho tiempo. Tres respiraciones con los ojos cerrados, sintiendo cómo el aire entra en tu cuerpo, llega a tus pulmones, a tu abdomen. Abre los ojos, ¿te sientes mejor?

La práctica del mindfulness no es difícil pero necesita constancia para que notemos sus efectos. Es tan fácil como pararse a mirar en qué estado y lugar están nuestra mente y nuestro cuerpo.

Por supuesto es una técnica muy recomendable durante el embarazo y el postparto, dos momentos en la vida de la mujer llenos de cambios y nerviosismo.

¿Has oído hablar de esta técnica? ¿Te animas a practicarla?

Publicado el 26 Sep, 2016

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