Parto provocado: ¿por qué se produce?
Aunque muchas mujeres sueñan con un parto natural, que se desencadene cuando el bebé esté preparado, en alguna ocasión puede resultar necesario desencadenarlo antes. Un parto provocado – o parto programado – es un final muchas veces inesperado, pero necesario. Te contamos cuáles pueden ser los motivos.
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¿Qué es un parto provocado?
Aunque saberlo pueda resultar sorprendente, será tu bebé quien decida el momento en el que llega al mundo. ¿Lo sabías? Cuando ha alcanzado el grado de madurez para vivir fuera del vientre materno, los pulmones del bebé envían una señal que hace que comience el parto. En ocasiones, puede ser necesario acelerar este proceso de forma externa, hablaríamos entonces de un parto provocado.
¿Por qué puede provocarse un parto?
Los motivos para llegar a un parto provocado, o parto inducido, pueden ser meramente médicos, aunque también pueden influir algunas circunstancias personales. Así, es posible que tu ginecóloga te programe una inducción si:
- Si tienes preeclampsia o alguna enfermedad renal que puede alterar el funcionamiento de la placenta.
- En caso de que padezcas diabetes gestacional. Los bebés de las mujeres que la sufren suelen ser más grandes, lo que puede complicar el parto.
- Otro motivo para un parto provocado es que estés viviendo una situación de estrés fuerte, ya sea físico o psicológico.
- También puede ser necesario provocar el parto por un déficit en el abastecimiento del bebé.
- En caso de riesgo para ti o para tu bebé.
- También puedes llevar a un parto provocado si has salido de cuentas y el parto no se desencadena. Sobre todo, si has pasado la semana 42 para prevenir que la placenta deje de funcionar.
- Por consenso si tienes alguna circunstancia personal específica que requiera que el parto sea en una fecha determinada.
¿Cuáles son los procedimientos para el parto provocado?
Entre los procedimientos para desencadenar un parto provocado, hay algunos que podríamos decir que son más mecánicos y otros que requieren de algún tipo de medicación.
Entre los primeros, están la rotura del saco amniótico (que está en desuso en la actualidad) o la separación de membranas, también conocido como Maniobra de Hamilton. La eficacia de esta última no está demostrada y para practicártela tienes que dar tu consentimiento.
Seguro que conoces los procedimientos medicamentosos. Son, fundamentalmente, dos:
- Administración de prostaglandinas por vía vaginal. Se realiza con una jeringa sin aguja y se repite cada 6 – 8 horas si no te pones de parto. Mientras no haya signo de sufrimiento fetal, algo que se comprueba a través de la monitorización del bebé se puede volver a repetir. El proceso puede resultarte pesado, pero no conlleva riesgos.
El segundo método para provocar el parto es la oxitocina sintética, que suele administrarse cuando las prostaglandinas no han tenido éxito. Se administra mediante gotero y suele generar contracciones más dolorosas que las provocadas por la oxitocina natural.
¿Dura más un parto natural o un parto provocado?
Se suele decir que cada parto es diferente y así suele ser incluso en la misma mujer. Lo saben bien aquellas mujeres que tienen más de un hijo, que muchas veces cuentan que con el segundo casi no llegaron al hospital.
Hay muchos factores que van a influir en la duración del parto, por eso no se puede asegurar cuántas horas va a llevar. De ahí aquello de “que tengas una horita corta”. Lo que sí parece es que el parto provocado dura más que el parto natural. ¿Sabes por qué? Tiene que ver con la maduración del cuello del útero, que tarda más en dilatarse.
¿Has vivido un parto provocado? ¿Te apetece compartir tu experiencia?
Fuentes:
Madre o bebé: quién manda la señal para que empiece el parto. Ser Padres.
El parto inducido: ¿cuándo es necesario? Mi bebé y yo.
Parto inducido »Todo lo necesitas saber. Bebitus
Publicado el 11 Ago, 2020