¿Qué es la bradicardia fetal? Todo lo que debes saber

Cuando llegue el momento del parto y a no ser que hayas decidido tener un parto en el agua, el ginecólogo y otros profesionales involucrados utilizarán monitores en el embarazo para controlar la frecuencia cardiaca, tanto de la mamá como del feto, durante todas las etapas del parto.

De esta forma se pueden detectar anomalías y arritmias como la bradicardia fetal.

Hoy te contamos todo lo que necesitas conocer acerca de la bradicardia fetal. Sus causas, efectos y que sucede si se detecta.

¿Para qué sirve monitorizar la frecuencia cardiaca?

Conocer el ritmo y patrón del latido fetal es crucial durante todo el embarazo. Gracias a esto se puede hacer un seguimiento de la evolución del feto, de su correcto desarrollo e incluso detectar posibles defectos del corazón antes del nacimiento.

Durante el parto, la monitorización de la frecuencia cardiaca tanto de la madre como del feto, permite conocer el estado de salud de ambos. También se utiliza para averiguar si existe sufrimiento fetal y poder actuar de forma rápida y eficiente en caso necesario.

Bebé y mamá pueden sufrir diferentes tipos de arritmias, entre ellas la bradicardia fetal.

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¿Qué es la bradicardia fetal?

La bradicardia es un tipo de arritmia del corazón. Es decir, el corazón del feto late a un ritmo diferente al normal y esperado.

Se considera bradicardia fetal cuando la frecuencia cardiaca del feto se reduce a menos de 120 latidos por minuto durante un periodo de más de 15 minutos seguidos.

La bradicardia fetal puede diagnosticarse en cualquier momento del embarazo y el parto. Desde el momento en el que se detecta por primera vez, la bradicardia fetal se puede distinguir en 3 tipos:

• Bradicardia de nuevo comienzo: Cuando se detecta la bradicardia en un primer momento. Es necesario identificar la causa de la bradicardia para evitar el sufrimiento fetal y de la madre y poder identificar si va a ser algo constante o se trata de una anomalía aislada.
• Bradicardia Sinusal: Se trata de una anomalía de corta duración. El corazón del feto reduce su velocidad, pero no presenta alteraciones concretas. Requiere monitorización, pero puede ser simplemente un signo fisiológico. Es la clase de bradicardia que se puede dar con más frecuencia en las primeras etapas del embarazo.
• Bradicardia mantenida: Cuando la bradicardia persiste es imprescindible intervenir de inmediato o las consecuencias pueden ser muy negativas.

¿Qué causa la bradicardia fetal?

La bradicardia fetal suele significar que hay problemas en la oxigenación –pudiendo provocar hipoxia fetal– y en el riego sanguíneo que puede tener causas diversas. Por lo general, tiene que ver con alteraciones que reducen el bienestar fetal o una incapacidad del feto para adaptarse a las condiciones en el interior del útero.

Identificar la causa específica se convierte en una prioridad, puesto que es crucial para contrarrestarla e iniciar las maniobras de reanimación necesarias tan pronto como sea posible, para recuperar la frecuencia cardiaca normal y llevar el embarazo y el parto a término con éxito.

Estas son algunas de las razones por las que se puede producir bradicardia fetal:

• Hipotensión de la madre
• Inicio de convulsiones maternas
• Bloqueo anestésico paracervical
• Trastornos de la oxigenación: Cualquier anomalía que impida una correcta oxigenación fetal como hemorragias, prolapso del cordón umbilical o un desprendimiento abrupto de la placenta, pueden desembocar en bradicardia fetal.
• Bloqueo aurioloventricular completo: Es el caso más grave porque la causa es una lesión en el tejido cardíaco que se produce antes de nacer. Puede ser genética o aislada y altera las transmisiones de impulsos auriculares a los ventrículos.

¿Qué hacer en caso de bradicardia fetal?

Cuando se detecta bradicardia fetal, hay que actuar de inmediato para encontrar la causa y recuperar la frecuencia cardiaca normal. Dependiendo de la causa, la etapa del embarazo y la gravedad de la situación, el protocolo de actuación será diferente.

Algunas acciones que se pueden considerar son las siguientes:

• Administrar oxígeno a la madre
• Cambiar la posición en la que se encuentra la madre
• Tratar la hipotensión materna
• Limitar o suspender del todo las medicaciones uterotónicas que se hayan estado administrando hasta el momento.
• En casos extremos, puede ser necesario recurrir a un parto programado prematuro o incluso interrumpir el embarazo.

Si la bradicardia fetal se debe a un defecto o lesión del corazón del bebé, es posible que este pueda necesitar un marcapasos al nacer.

La bradicardia fetal varía en causas y gravedad. Durante el primer trimestre de embarazo, puede significar que el bebé sufre trisomía 21 o alguna otra alteración genética. No vamos a mentir, en ocasiones puede ser fatal para el bebé. Sin embargo, una monitorización regular durante el embarazo y constante durante el parto, permiten una actuación rápida y que el ginecólogo y otros especialistas estén prevenidos. La bradicardia fetal no es muy común, pero cuando se detecta pronto en el embarazo, puede tener consecuencias graves.

¿Te has quedado con alguna duda sobre la bradicardia fetal? ¿Qué más te gustaría saber?

Fuentes:

Bradicardia Fetal Intraparto – Congreso Virtual Enfermería de Urgencia

Bradicardia Fetal – Inatal Enciclopedia

Actitud obstétrica ante el diagnóstico de una arritmia fetal – Murcia Salud

Bradicardia fetal – Medicina Televisión