Glosario

Los segundos hijos

Por Mamá (contra) corriente

Siempre se ha dicho que los segundos hijos espabilan mucho más rápido que los primeros.

Mi hijo pequeño está creciendo muy deprisa, más de lo que yo quisiera, y ha comenzado a hacer cosas mucho antes que el mayor. El listado sería interminable: desde hacer la croqueta hasta sostenerse sentado, ponerse de pie con el mínimo punto de apoyo, lanzarse a por las cosas que le gustan, cabrearse cuando no consigue algo que quiere, mostrar interés por la comida incluso abriendo la boca al paso de las cucharadas de yogur que se come su hermano.

Como si fuera mayor

Muchos días me doy cuenta de que le trato como si fuera mayor de lo que es, pero es que tiene cosas que yo esperaba para más adelante, no lo puedo evitar. Me hubiera gustado que hubiera permanecido por más tiempo siendo un tierno recién nacido y tengo la sensación de que esa etapa apenas ha durado un suspiro, pero con el estímulo constante de su hermano, quien además tiene mucho interés por él, era lo esperable.

No todo son ventajas

Aunque podría enumerar unas cuantas, la principal desventaja que tiene un bebé con hermanito mayor es tener que seguirle el ritmo a éste. De lunes a viernes, una de las cosas que le tiene frito es tener que adaptar sus necesidades a los horarios del colegio de su hermano. Que se queda dormido, le tengo que despertar para ir al colegio. Que se vuelve a dormir, pues otra vez es la hora de salir a recogerle. Que tiene hambre y necesita su tetilla, pues se tiene que esperar a que termine de arreglar al otro y volvamos del cole porque todo a la vez no puedo. Que cae una tromba de agua y ninguna mamá de uno en su sano juicio sacaría a la calle a su bebé en esas condiciones, pues él se aguanta y allá que te vamos, porque su hermano no puede esperar. Que se acaba de quedar dormido en la calle y le vendría de perlas continuar su sueñecito con el traqueteo del paseo, pues hay que irse a casa porque tengo que hacer la comida.

Todo repercute. Igual que el contacto constante con su hermano le hace estar más despierto al mundo y haber aprendido cosas muy rápido, adoptar un ritmo que no es el suyo muchos días le pasa factura. No es raro que los días en que su hora de sueño se ve varias veces alterada o aquellos en que el mayor está especialmente alterado gritando, corriendo, jugando bruto, acabe poniéndose muy nervioso, con todo lo que implica: llanto incontrolado, irritabilidad, dificultad para mamar relajadamente… Sí, mi hijo pequeño muchos días parece estar estresado.

No es algo que me haga feliz. Me entristece no poderle dar lo mismo que le di a su hermano en su momento: tranquilidad y silencio cuando lo necesita, rápida atención a todas sus necesidades, evitar la sobre-estimulación, etc. Pero me consuelo pensando que, a cambio, tiene un compañero de juegos y confidencias para toda la vida. Quizá ahora mismo no sea siempre lo más conveniente para él, pero dentro de nada no me cabe duda de que será un gran regalo.

Publicado el 22 Oct, 2012

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