Síndrome HELLP y embarazo, ¿qué es?
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Qué es el síndrome HELLP
Viene de las siglas en inglés de Hemolysis, Elevated Liver Enzymes y Low Platelets. El nombre procede de lo que se detecta en los cuerpos de las personas afectadas, es decir: los glóbulos rojos se destruyen (hemólosis), los niveles de enzimas hepáticas se elevan y el recuento de plaquetas es demasiado bajo.
Se trata de una complicación que puede tener lugar durante el embarazo pero que es muy, muy rara. Sólo se da en entre un 0,1 y 0,8% de los embarazos y de esos, alrededor del 80% de los casos están relacionados con la preeclampsia.
Las mujeres que más riesgo tienen de sufrir el síndrome HELLP durante el embarazo son aquellas con antecedentes de preeclampsia o del propio síndrome, bien en embarazos previos o en familiares cercanas como hermanas y madres.
Qué causa el síndrome HELLP
Como hemos comentado, está relacionado en la mayoría de los casos con la preeclampsia. Sin embargo, no se han descubierto los motivos por los que podrían estar relacionadas ambas enfermedades ni las causas exactas de ninguna de las dos.
Actualmente, las teorías se centran en la posibilidad de que las defensas maternas estén rechazando la placenta por algún motivo y creando anticuerpos contra ella, que el feto esté falto de alguna enzima o incluso que sea una anomalía en el desarrollo de la placenta.
Cuáles son los síntomas
La mayoría de los casos de síndrome HELLP tienen lugar durante el tercer trimestre de embarazo, antes del parto, con solo el 30% dándose en algún momento de las 48 horas posteriores a dar a luz.
Los síntomas del síndrome HELLP son variados y graves, pero en muchas ocasiones se confunden con otras enfermedades o síndromes menos complicados.
Estos son los síntomas a los que hay que prestar atención para tratar el síndrome HELLP a tiempo.
- El síntoma más frecuente es el dolor abdominal, bajo el esternón, en la zona del hígado y del estómago.
- Sufre náuseas, vómitos y malestar en el estómago de forma constante. Hay que tener mucho cuidado de no confundir este síntoma con una infección por virus, hepatitis o hiperémesis gravídica (esta suele darse más en el primer trimestre de embarazo que en el tercero). Diagnosticar erróneamente cualquiera de estos, podría llevar a la muerte de la madre.
- La futura mamá sufre alteraciones visuales y dolores de cabeza intensos y repetidos.
- La piel empieza a tornarse de color amarillento (sufre ictericia).
- La mujer embazada acumula líquidos en el abdomen (ascitis).
- La orina es de color oscuro o deja de orinar con la frecuencia habitual.
- Se siente cansada.
- Sufre
Tanto desde el primer momento como después, el síndrome HELLP puede llevar a complicaciones graves de las que también es importante estar pendiente:
- Desprendimientos de retina
- Encharcamiento de los pulmones
- Hematomas, roturas e infartos hepáticos
- Insuficiencia renal
- CID (Coagulación intravascular diseminada). La sangre no coagula correctamente.
- Desprendimiento de placenta abrupto y prematuro.
Para poder diagnosticar correctamente y de forma temprana el síndrome HELLP, es imprescindible tener en cuenta los antecedentes y prestar atención a los síntomas leves que puedan aparecer: dolores abdominales, vómitos y alteraciones visuales.
Será necesario solicitar un análisis de sangre que determine si existe anemia y que el riñón y las enzimas hepáticas se encuentran en perfecto estado y funcionando correctamente.
Este análisis debería realizarse en cualquier mujer embarazada que desarrolle hipertensión arterial.
Cómo se trata el síndrome HELLP
No hay más cura para el síndrome HELLP que dar a luz. Por lo tanto, si se diagnostica síndrome HELLP, se recomienda el internamiento inmediato en el hospital y en la unidad de cuidados intensivos y una vez allí, se programará el parto de acuerdo con las necesidades de cada caso.
Dependiendo del estado de maduración del bebé y de la salud de la madre, se puede sugerir la maduración artificial de los pulmones antes de provocar el parto para dar mejor pronóstico de supervivencia.
Al mismo tiempo, se monitoriza y trata la presión arterial de la madre y vigila la función renal.
La forma habitual de parto programado en casos de síndrome HELLP suele ser la cesárea vertical. Esto es así, porque se entiende que hay menos riesgo de que la madre sufra una hemorragia y disminuye las probabilidades de que madre y/o bebé sufran una infección.
Tras el parto, la madre necesitará permanecer en vigilancia continua durante un tiempo. Es normal empezar a notar una mejoría a partir del día 4, pero aun así la recuperación es lenta y no debe apresurarse.
Como te hemos comentado al principio, el síndrome HELLP es muy raro. Pero al tratarse de una complicación grave es importante que no quites hierro a los síntomas. Si crees que tus dolores o síntomas no son normales en tu embarazo, no dudes en exigir las pruebas necesarias. Es mejor prevenir y quedar como una exagerada cuando no sea nada grave, que llegar tarde al diagnóstico de un síndrome HELLP.
Fuentes:
Síndrome HELLP – redacción médica
Síndrome HELLP – Medline Plus
Síndrome HELLP – Stanford Children’s Health
Publicado el 24 Mar, 2022