Los niños también pueden sufrir el síndrome postvacacional
No es una enfermedad ni un gran mal, pero la realidad es que cuando volvemos de vacaciones viene “el bajón”. A los adultos nos toca volver al trabajo, a la rutina, lucir la capa de la “conciliación” y no nos engañemos, ¡cuesta!
Nuestros hijos se fijan en todas nuestras reacciones y emociones, somos su espejo y sin darnos cuenta podemos influir en su estado de ánimo. Y aunque parezca mentira, pueden llegar a sufrir el llamado síndrome postvacacional.
¿Cómo podemos evitar que nuestros hijos tengan síndrome postvacacional?
- Aunque echemos de menos esos días de playa o campo no debemos estar tristes o apáticos, nuestros hijos lo notarán.
- La vuelta a casa debe ser vista con alegría, organizando planes, disfrutando de los ratos de ocio. El verano no acaba y aún se puede disfrutar mucho.
- Los niños no deben percibir mensajes negativos en la vuelta a la rutina, sino todo lo contrario.
- Debemos comenzar una adaptación progresiva y sin prisas a horarios, alimentación y rutinas. Son piezas fundamentales para una vuelta al cole saludable y sin estrés, ni para los niños ni para los padres.
- Reforzar los mensajes positivos relacionados con la vuelta al cole o a la guardería.
- Reforzar los mensajes positivos al volver a casa, por ejemplo, volver a ver a los amigos de siempre, jugar con sus juguetes.
Al final todo es cuestión de actitud. Y no olvidemos ser el ejemplo de nuestros hijos. Ánimo con la vuelta :)
Publicado el 16 Ago, 2016