¡Stop niños! ¿Por qué hacer lugares donde los niños no son bienvenidos?
Los niños deberían ser la alegría de toda sociedad. Son el presente y el futuro, la señal de que las familias prosperan y avanzan. Pero los niños, por desgracia, no siempre son bienvenidos, siendo vistos incluso en ciertos ámbitos como una molestia o “algo” de lo que es mejor prescindir.
No hace mucho tiempo apareció una nueva modalidad de viajes en tren, el llamado vagón del silencio. Se puso en marcha por las numerosas peticiones de los viajeros que usan los trayectos para poder trabajar. En este caso no se permite hablar en voz alta ni utilizar móviles; pero tampoco permiten la entrada a menores de 14 años, porque los niños pueden llegar a molestar. Aunque por las redes circulan testimonios de personas que cuentan que no es oro todo lo que reluce. Que se usa el teléfono, se mantienen conversaciones y al final el silencio es escaso. Se ha llegado a llamar a estos espacios los vagones sin niños, porque al final es el único requisito que se cumple, la no entrada de menores.
Lo mismo está sucediendo con ciertos hoteles, incluso restaurantes que han optado por no recibir niños; o, mejor dicho: prohibir su presencia. Su oferta se basa en vender lugares de ocio para adultos, relajados y pacíficos.
Nos preguntamos si es necesario vetar la presencia infantil en ciertos lugares o simplemente es necesario el sentido común. Seguramente cuando las familias con hijos viajan, salen o visitan un restaurante intentan elegir lugares adecuados para los más pequeños, pensando en su bienestar. Por el contrario si esos padres deciden salir una noche a cenar optarán por un lugar más adecuado donde será poco probable encontrar niños. No porque se prohíba su entrada, sino porque no será lo más adecuado para ellos.
Los niños no siempre se portan como angelitos, es algo totalmente normal. Pero, ¿creéis necesario prohibir su presencia o crear espacios expresamente sin ellos? Esperamos vuestras opiniones
Publicado el 31 Oct, 2016