¿Qué es el suelo pélvico y por qué se debilita?
Seguro que has oído hablar del suelo pélvico y de la necesidad de ejercitarlo. Últimamente, se ha hablado mucho de este tema pero no todo el mundo lo comprende bien ni entiende la necesidad de prestarle atención.
Te explicamos todo lo que necesitas saber acerca del suelo pélvico, qué le sucede durante el embarazo y cómo fortalecerlo.
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Qué es el suelo pélvico
El suelo pélvico es un grupo de músculos y tejidos elásticos que se encuentran en la zona de la pelvis y que son los encargados de cerrar la abertura inferior de la pelvis, además de sostener órganos como el útero, la vejiga y el recto.
Se trata de una de las zonas más vulnerables durante el embarazo y el postparto y, por lo tanto, requieren especial atención para minimizar los posibles efectos secundarios y complicaciones.
Qué le sucede al suelo pélvico en el postparto
El suelo pélvico sufre mucho debido a todos los cambios físicos que se están produciendo, a la recolocación de todos los órganos y al peso extra del bebé que va creciendo en el embarazo trimestre a trimestre.
Los diferentes músculos y tejidos se van extendiendo para adaptarse al nuevo tamaño del útero. Además, la producción extra de relaxina que libera el cuerpo también facilita que el suelo pélvico se relaje y se distienda.
Estas son las principales razones por las que el suelo pélvico se debilita durante el embarazo. Además, el parto también supone un importante esfuerzo para toda esta zona. Por ejemplo, un expulsivo largo, la episiotomía o el uso de instrumental para ayudar al nacimiento del bebé pueden provocar daños mayores en el suelo pélvico.
Algunos de los problemas habituales a los que puedes enfrentarte en el postparto, directamente relacionados con el estado de tu suelo pélvico son:
- Relaciones sexuales dolorosas.
- Incontinencia urinaria después del parto de urgencia (ganas de orinar que no podemos controlar).
- Incontinencia urinaria por esfuerzo (provocadas al toser, estornudar, correr, saltar).
- En menor medida prolapsos de vejiga, útero o recto (descenso de estos órganos).
Cómo fortalecer el suelo pélvico de cara al postparto
Para evitar posibles disfunciones la preparación debe iniciarse durante la gestación. Lo primero es identificar la zona que vamos a trabajar. Reconocer la musculatura pélvica nos ayudará en la labor de fortalecimiento. Al orinar puedes detener la orina, repitiendo la acción varias veces. De este modo podrás aislar los músculos implicados y trabajarlos de manera adecuada.
Durante el embarazo se recomienda practicar un masaje perineal con un aceite de masaje perineal específico durante las últimas semanas e incluso practicar ciertas actividades físicas que tienes disponible en nuestra Canastilla regalo Cuidados para mamá, especial pre-embarazo. Los beneficios del yoga en el embarazo están más que demostrados, pero también puedes hacer pilates en el embarazo o esferodinamia. Estas últimas ayudan a reforzar el tono de la musculatura pélvica.
El trabajo del suelo pélvico durante el embarazo contribuirá a que el parto no dañe en exceso la zona aunque siempre hay que tener en cuenta que no podemos controlar todos los factores.
Y tras el parto, en nuestra Canastilla regalo Cuidados para mamá, especial post-embarazo tienes una perfecta selección de productos de la línea materna de cosmética pediátrica para conseguir el bienestar que necesita una mamá después del embarazo.
Para evitar estas complicaciones os proponemos tres medidas infalibles:
- Practicar ejercicios de Kegel.
- Comenzar a utilizar conos vaginales o bolas chinas para conseguir recuperar el tono y fuerza muscular.
- También puedes optar por los ejercicios hipopresivos para suelo pélvico que te ayudarán a prevenir afecciones que derivan de tener los músculos abdominales débiles.
- En caso de padecer una incontinencia grave u otros problemas añadidos consultar con un fisioterapeuta experto en postparto.
En general, cualquier deportista podría decirte que la cantidad de entrenamiento no es importante por sí sola. Obviamente, es un punto esencial, pero si no va acompañado de otros, puede ser más contraproducente que beneficioso. E igual que ocurre en el entrenamiento y en la práctica deportiva, ocurre con el cuidado del suelo pélvico.
Al fin y al cabo, estamos hablando de cuestiones similares. Fortalecer el suelo pélvico no deja de ser la práctica de un ejercicio destinado a una zona en concreto y, como tal, es importante no incurrir en ciertos errores que pueden lastrar de forma definitiva nuestra progresión. En la mayoría de las ocasiones, estas deficiencias en el entrenamiento coinciden con las que cualquiera podría tener. Por eso, analizaremos estos errores y veremos cómo mejorar en el caso concreto del cuidado del suelo pélvico.
Errores frecuentes a la hora de fortalecer el suelo pélvico
Uno de los errores más repetidos en el proceso de cualquier rutina de entrenamiento es identificar incorrectamente la musculatura a trabajar. En el caso que nos ocupa, muchas mujeres tienden a tensar la zona de los abdominales, los glúteos o las piernas. Sin embargo, es necesario que todos estos grupos musculares permanezcan relajados si queremos que la contracción del suelo pélvico sea eficaz y efectiva. De no hacerlo, el ejercicio puede llegar a ser perjudicial. Es posible que el resultado de todas esas tensiones sea un exceso de presión en los músculos que queremos potenciar.
Otro de los fallos clásicos que se repiten en las rutinas de entrenamiento es la no alternancia en el tipo de trabajo. Los músculos del suelo pélvico están compuestos por fibras lentas y fibras rápidas. Cada una debe ser ejercitada de una manera diferente; por lo que es aconsejable intercalar pequeñas contracciones y relajaciones, con esfuerzos mayores durante intervalos de tiempo más amplios.
Muchas veces no ajustamos nuestra actividad física a nuestras condiciones reales. A veces nos quedamos cortos de ejercicio y entonces el entrenamiento no provoca mejora; pero en otras ocasiones nos pasamos y la fatiga nos impide llegar al punto óptimo. Si hablamos de cuidado de suelo pélvico, lo que ocurre es que resulta complicado conocer nuestro «estado de forma». Por esa razón, es fundamental prestar mucha atención a las sensaciones durante la rutina. Recuerda que nunca debes llegar a sentir dolor, y que poco a poco podrás ir aumentando la dificultad de tus sesiones.
Recuerda que la relajación es esencial y que los descansos son necesarios para que los músculos puedan mejorar su estado anterior al entrenamiento. Pero sé constante y persevera. Los resultados tardarán en notarse, pero lo agradecerás. Con la práctica regular y un buen cuidado nuestro suelo pélvico se mantendrá firme y tonificado.
¿Y tú?, ¿cómo cuidaste tu suelo pélvico tras tu embarazo? Nos encantará conocer tu experiencia, por supuesto.
Fuentes:
Suelo pélvico y embarazo – Clínica Pelvia
Problemas del piso pélvico – Medline Plus